Como no tengo mucho tiempo, y creo que, dado el estado de la educación, hay que acercar un poquito la cultura a la gente. Sí, es un derecho de todos, pero al que sólo unos pocos pueden acceder, y muchos menos saborean. Por eso, os voy a poner mi poema favorito, es de Pedro Salinas, uno de los representantes de la Generación del 27, quizá no el más conocido, pero sí el que más me inspira y consigue emocionarme.
35 BUJÍAS
Sí, cuando quiera yo
la soltaré. Está presa
aquí arriba, invisible.
Yo la veo en su claro
castillo de cristal, y la vigilan
-cien mil lanzas- los rayos
-cien mil rayos- del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
-guiñadoras espías- las estrellas,
la soltaré (Apretar un botón.).
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
-afuera-
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica.
Remendada 
Poesía pura!! La Generacion del 27. La etapa dorada de la poesía española, a la que dio o marcó «fin» La Guerra Civil Española.
Salinas destacaba en la poesía neorromántica 🙂 en «35 bujías» personifica la luz en una mujer, que le «envuelve» le besa, le da color, le ilumina de amor, placer y pureza.. Luz y bombilla, inseparables, siempre unidas…la bombilla es el castillo y la luz es la prisionera. Principe que rescata a su princesa..muy lejos y bastante cerca del objeto o acontecimiento que hace que parezca una lírica dedicada a una mujer..
Creo que echo de menos (LFHL) el instituto…!
Vaya, Marta, veo que te lo estudiaste bien. Por lo que me despediré con un «te estoy besando más lejos».
Un recuerdo inmenso de un momento fugaz.»hoy estoy besando un beso» está besando el recuerdo de aquel beso que desapareció y le llevo a un lugar paralelo. «Te estoy besando más lejos» ahora que terminó lo imagina, lo siente, quizás el doble pero sin duda lo quiere y lo vuelve a imaginar. Ahora que recuerda es sin duda mucho más intenso que el momento «real» del beso.
Un beso corto, breve, intenso, permanente, eterno. Un beso que puede dejarte demente un tiempo. Un beso, solo uno. Sus labios, los míos, mis sentimientos, los suyos. Tú que vas y yo que quedo…
Envuelto en un pensamiento donde no existe tiempo y va más de lo físico.